

En la práctica cualquier otro animal que posea un tamaño adecuado puede servir de alimento al camaleón como lagartijas y salamanquesas juveniles. Con la ayuda de su mimetismo cambiando de color según el entorno donde se desplace, para acercase a sus presas.
Consiguen lanzar su largísimo lengua como un proyectil, con una velocidad y distancia sorprendentes. Con su punta pegajosa atrapándolos. De los que se alimentan, ingiriéndolos inmediatamente enteros.